”La huelga indefinida de los tercerizados de Siderar es un choque político de la clase obrera con las patronales y el gobierno de Milei”
En el marco de la huelga indefinida de los tercerizados de Siderar en San Nicolás y de la crisis del cordón industrial del Paraná, el delegado metalúrgico, integrante de la junta interna de Acindar Villa Constitución y candidato a diputado nacional por Santa Fe, Christian Miguez, advirtió sobre “una ofensiva patronal sin precedentes que busca derrotar la organización de los trabajadores y avanzar en la reforma laboral que impulsa el gobierno de Milei”.
La cuenca industrial del Paraná ha entrado en convulsión, desde Ramallo hasta San Lorenzo. Las principales plantas siderúrgicas del país –Siderar, Acindar, Siderca y Acerbrag– atraviesan un cuadro de suspensiones masivas, retiros “voluntarios” y amenazas de cierre. El escenario se agrava con el planteo de quiebra de Celulosa, en Zárate y Capitán Bermudez y la quiebra de la histórica Vassalli, productora de maquinaria agrícola en Firmat. Según Miguez, “las patronales están utilizando la crisis para generar miles de despidos y una masa de desocupados que debilite la capacidad de resistencia de los trabajadores para avanzar en la flexibilización. Para ello han desatado una crisis industrial de proporciones enormes, como lo revela el listado de empresas que cierran o quiebran. La motosierra industrial amenaza con un colapso nacional, que no tiene horizonte de salida, mientras los pueblos acompañan las movilizaciones de los trabajadores, como ha ocurrido en la láctea La Suipachense.”
En referencia a la huelga de los tercerizados de Siderar, Miguez destacó:
“La lucha envuelve a la principal planta industrial del país, donde el 40 por ciento –unos 7000 compañeros- trabajan para las 50 contratistas que se desempeñan a su interior. Las llamadas Pymes, de la “comunidad’ Techint, han sido armadas precisamente para sustraer la responsabilidad laboral de la empresa central, y mantener la vigencia de un convenio salarial inferior. Esa es la función precarizadora de la tercerización.”
“Los Rocca quieren eliminar el convenio por industria; establecer la prevalencia del convenio por empresa y de escalas inferiores; en definitiva, imponer los contratos individuales como Bolsonaro los estableció en Brasil. La burocracia de la UOM ha sido incapaz de imponer la firma de un convenio colectivo en la Siderurgia, y se ha sometido a los techos del gobierno en cuanto a la rama metalugica. En perjuicio del salario, los compañeros de las contratistas fueron los más perjudicados.”
Los tercerizados de Siderar iniciaron una huelga indefinida por aumentos salariales, enfrentando la maniobra de Techint que recurrió a conciliaciones obligatorias y hasta bloqueó el ingreso de 220 trabajadores. Como la patronal no pudo quebrar la voluntad de lucha de los tercerizados, amenazó con cerrar el alto horno, o sea la interrupción sin tiempo de la producción. El Concejo Deliberante de San Nicolás aprobó una resolución que califica como “extorsiva” la “actitud patronal”, pero sin pronunciarse a favor del reclamo de los obreros. En ese marco, Naldo Brunelli, histórico dirigente burocrático de la UOM y diputado del PJ, admitió que con los salarios actuales “los trabajadores no tienen nada que perder”.
En la principal fábrica de la Argentina, los obreros de las tercerizadas denuncian que las condición laborales y salariales de Milei-Caputo son incompatibles con la clase obrera. En la crisis del gobierno liberticida interviene ahora la clase obrera. La huelga indefinida de los obreros tercerizados es una respuesta a la quiebra jurídica y política del sistema relaciones laborales. El conflicto y la lucha que han desatado no tiene retorno y demanda un enfoque clasista y socialista de la crisis que está planteada.
El candidato a diputado nacional por Santa Fe en la lista que encabezan Marilin Gómez y Germán Lavini, propuso un plan de salida frente a la crisis: “Los compañeros de Acindar lanzaremos una propuesta a toda la Siderurgia y a todo el pueblo de Villa Constitución”:
• Salario mínimo de dos millones de pesos, indexado al costo de vida.
• Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario para frenar despidos y suspensiones.
• Un plan de obras públicas con capacidad de reactivar la producción bajo control de los trabajadores, financiado con impuestos progresivos a las grandes patronales.
Por último, Miguez concluyó: “La defensa de los puestos de trabajo y de un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar es inseparable de la lucha por una salida política de los trabajadores frente a esta crisis nacional. Necesitamos una huelga general de toda la siderurgia y de la clase obrera de la cuenca del Paraná”.